viernes, 15 de marzo de 2013

Clarín miente, Verbitsky también miente.

Mucho se está hablando por estos días del supuesto papel del flamante Papa, Jorge Bergoglio (ahora Francisco I o Francisco, a secas, como prefiere que lo llamen) en la dictadura militar como entregador o complice de la desaparición de varios sacerdotes tercermundistas durante la última dictadura militar. Este dato es desmentido por personalidades de la política, los derechos humanos y la teología, como Adoilfo Pérez Esquivel, el brasileño Leonardo Boff o la ex Ministra de Desarrollo Social del gobierno de la Alianza y ex integrante de la CIDH, Graciela Fernández Meijide, quienes niegan rotundamente que el ex arzobispo de Buenos Aires haya tenido participación alguna en los años oscuros de la política argentina. Más aún, esto es desmentido por uno de los protagonistas de la historia que involucra a Bergoglio, Francisco Jalics, quien actualmente se encuentra viviendo en Alemania, y que no identifica entre quienes lo delataron al actual Sumo Pontífice. Todo esto hace pensar que la investigación realizada por el director del CELS, Horacio Verbitsky en el año 2005, y que habla sobre la supuesta participación de Jorge Mario Bergoglio en la dictadura militar de 1976, es todo una farsa para desprestigiar a quién en ese momento quedaría segundo en la elección papal que proclamó a Joseph Ratzinger como sucesor de Juan Pablo II. También tuvieron palabras favorables hacia Bergoglio, el vicegobernador Gabriel Mariotto y el líder del Movimiento Evita y diputado del Frente para la Victoria, Fernando "Chino" Navarro. Todo esto me lleva a reflexionar, además de Clarín...Verbitsky miente?, o mienten Navarro, Boff, Mariotto, Fernández Meijide y Pérez Esquivel?, acaso miente también el propio secuestrado, Francisco Jalics?, o es Verbitsky el que miente?.

La muerte de un líder, el Papa argentino y los nuevos dichos desafortunados de la presidenta.

En pocos días sucedieron acontecimientos importantes tanto a nivel mundial como a nivel nacional. En primer lugar cabe destacar que finalmente, el 5 de marzo se produjo la muerte del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, víctima de un cáncer desde hace un año. La muerte de Chávez significa un duro golpe para el intento de los países latinoamericanos por lograr la unidad frente a los organismos de crédito internacionales y a las políticas neoliberales que estos predican. Chávez junto al también fallecido Néstor Kirchner y a Lula Da Silva, fueron los impulsores de lo que más tarde se conocería como Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas) y también fueron los artífices del rechazo al ALCA en la contracumbre de las Américas, realizada en Mar del Plata en el año 2004. Al igual que cuando murió Kirchner se pensaba que el kirchnerismo estaba acabado, con la muerte de Chávez algunos creen que se avecina el fin de la Revolución Bolivariana, pero así como en Argentina está Cristina Kirchner (a quien me voy a referir más adelante por sus polémicos dichos de esta semana) para continuar con el kirchnerismo (quien escribe se resiste a llamarlo cristinismo), en Venezuela está el hasta ahora vicepresidente Nicolás Maduro para llevar a Venezuela hacia el socialismo del siglo XXI. En segundo lugar, pero no menos importante, fue lo sucedido el pasado 13 de marzo en El Vaticano, donde en el segundo día del cónclave convocado para elegir al nuevo Papa luego de la renuncia de Benedicto XVI, finalmente salió por la chimenea del Palacio San Pedro la tan esperada fumata blanca que anunciaba que la Iglesia Católica tenía un nuevo jefe. Hasta el momento del anuncio del nombre del sucesor de Joseph Ratzinger, muchas fueron las especulaciones sobre quien sería el elegido. En un primer momento todo parecía indicar que el elegido sería el arzobispo de Milán, Angelo Scola o cualquiera de los que eran sindicados como principales candidatos, entre los que había un estadounidense, un brasilero, un africano y un argentino, además del italiano Scola. En el momento en que empezó a salir la segunda fumata del segundo día del cónclave, al principio salió humo negro, lo que hizo pensar que aún no había un papa...pero enseguida salió el humo blanco que anunciaba la buena nueva. A partir de ese momento muchas fueron las especulaciones sobre quien sería el elegido, sobre la nacionalidad del mismo y sobre qué nombre papal usaría. Finalmente se supo la verdad, el cardenal vicario se asomó al balcón y anunció que el elegido era el cardenal Jorge Mario Bergolio..sí, el Papa era un latinoamericano, y más precisamente un argentino, y el elegido era el ex arzobispo de Buenos Aires. A partir del momento del anuncio todo fue sorpresa y alegría en torno a la noticia, aunque también estuvieron los que cuestionan a Bergoglio por su dudoso papel durante la época de la represión, respecto a lo que hay opiniones divididas, tanto a favor como en contra. Lo cierto es que el nuevo Papa viene del fin del mundo y todos los ojos están puestos sobre nuestro país, el mundo habla de Argentina como nunca antes lo hizo. Por último, voy a dedicar un breve comentario a una de las últimas apariciones públicas de nuestra presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien un día antes de conocerse la noticia del nuevo Papa, dijo que la diabetes era una enfermedad de la clase alta, y no es la primera vez que la presidenta comete un fallido semejante, ya lo había hecho el año pasado cuando dijo que los docentes de la escuela pública tienen tres meses de vacaciones...esto me lleva a preguntarme...quien asesora a nuestra presidenta para que diga semejantes cosas?...porque lo peor de todo es que sus discursos no son leídos, así que no se puede decir que alguien se los escriba y echarle la culpa a terceros. De todos modos no comparto que, como leí por ahí, se insulte y agravie a la presidenta por algo así, y en todo caso, la ignorante no es ella, sino sus asesores.